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Coquillos

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Cocinado por
2h. 30min.
| Comensales: 25 coquillos

Con la publicación de esta receta quiero hacer un pequeño homenaje a mi abuela materna, natural de Lagunilla, un pequeño pueblo con encanto al sur de la provincia salmantina. Este dulce típico de allí me trae recuerdos de mi infancia, a frías tardes de Navidad en familia elaborando decenas de coquillos arrimados a la chimenea; aunque lo más común es elaborarlos en carnaval.

Ingredientes

  • Infusión de anís – 150 ml
  • Aceite de girasol – 150 ml
  • Huevos – 2
  • Aguardiente – 1 cucharada
  • Harina de repostería – 500 gr
  • Agua – 600 ml
  • Miel – 20 cucharadas

Paso a Paso

  1. Para realizar la infusión de anís pondremos en una olla un vaso de agua, y cuando rompa a hervir añadimos una cucharada sopera de anís en grano. Tapamos la olla y retiramos del fuego dejando reposar está infusión hasta que esté fría.
  2. Ahora cogemos un cuenco grande y vertemos 150 ml de la infusión de anís (previamente colada para retirar el anís en grano), 150 ml de aceite de girasol, 2 huevos y una cucharada de aguardiente. Añadir esto último no es imprescindible, pero le da muy buen sabor a estos dulces.
  3. Con la ayuda de una espátula mezclamos estos ingredientes y vamos añadiendo poco a poco la harina, removiendo la mezcla. Cuando terminemos de incorporar la harina tendremos una masa que podremos trabajar con las manos, así que pasamos a una mesa y amasamos durante unos minutos hasta que veamos que la masa es homogénea.
  4. A continuación cogemos porciones de 35 gr. cada una para que no sean muy grandes, hacemos una bolita y con un rodillo la estiramos en una única dirección, dejando una forma ovalada alargada.
  5. Ponemos abundante aceite de girasol en una sartén grande a fuego medio y cuando esté caliente vamos introduciendo los coquillos dando vueltas de vez en cuando hasta ver que están dorados. Hay que controlar que el aceite no esté excesivamente caliente ya que si no se tostarán demasiado rápido quedando por dentro crudos. Cuando freímos esta masa crece un poco, por lo que los haremos en tandas de 2 para manejarlos con facilidad.
  6. Una vez fritos todos, retiramos el aceite sobrante y en esa misma sartén ponemos 600 ml. de agua y 20 cucharadas de miel, llevando esta mezcla a ebullición.
  7. Ahora sólo nos queda ir pasando uno por uno todos los coquillos fritos por este agua con miel, dando un par de vueltas para que empape (con 5-10 segundos es suficiente). Este proceso lo haremos una segunda vez, ya que la miel estará más concentrada y conseguiremos que nos queden más dulces.
  8. Pasadas unas horas, el agua con miel habrá escurrido al fondo de la fuente en la que los hemos ido depositando, por lo que es aconsejable pasarlos a otra fuente dejando los de arriba en la parte de abajo, quedando todos nuestros coquillos impregnados de manera homogénea.

Aunque tengas muchas ganas de comerlos, acuérdate de que hay que esperar a que se enfríen.

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